Aquí, como puede verse, la dama no pudo resistir mis encantos, perdió la cabeza y se echó a mis brazos.
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A esta dama no le dedico el tiempo que su calidad merece y, no obstante,, no pierde su afición de mí, ni su afección tampoco. Dulcísima y amorosa, se le acomoda todo lo bueno que se pueda decir della.
| Fíjense: Aquí se da cuenta de cuán dulces, cálidas y propicias pueden ser las noches de verano, en que las damas se muestran tan apasionadas y fogosas como oirá el que esto oyere... | Una noche de "amor" |
Aquí, como puede verse, la dama no pudo resistir mis encantos, perdió la cabeza y se echó a mis brazos.
Muy guapa, muy guapa la dama.
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